La ganadería industrial está devorando el planeta, y las macrogranjas son la cara más cruel y sucia de este negocio. El modelo de producción de estas enormes factorías de cambio climático, insostenibilidad y crueldad se basa en alimentar y utilizar a los animales lo más rápidamente posible y bajo cualquier condición para maximizar los beneficios.
Las consecuencias son terribles: contaminación de aguas, emisiones de efecto invernadero, uso de enormes extensiones de tierras, deforestación para pastos y para cultivo de alimento para ganado, daños a la salud y abusos a los animales.